El efecto del chiste opera un desplazamiento que puede dejarnos asombrados.
¿Esperaba el doctor «me duele el brazo», como si el problema por el que consulta estuviera localizado exclusivamente en él? Y el paciente de la viñeta nos descoloca. ¿«Dónde» se localiza su dolor? ¿«Dónde» se localiza su problema? Parece que el problema no puede entenderse si no se hace referencia al contexto. Es un dolor «distribuido», que expande el punto de vista del médico y subvierte el orden esperable. Parece que se trata de un dolor «distribuido», un «síntoma» que trasciende los límites de la epidermis.
El paciente no dice que no le duele nada. Dice que le duele «en casa». ¿Y cómo podríamos comprender al paciente sin entender su dolor encarnado y, a la vez, distribuido?
Lucas es un niño de cinco años con autismo y sin lenguaje verbal. Cuando lo conocimos, la mamá nos contó que tenía muchos berrinches, se tiraba al suelo, a veces se pegaba en la cara, otras se tiraba de los pelos. No se podría comprender a Lucas ni al paciente del chiste si no tuviéramos en cuenta una noción de contexto que supere la idea de un mero entorno físico.
El contexto no es «lo que está fuera». El berrinche no parece ser algo que habita en Lucas, como se esperaba que lo fuera el dolor del paciente. Quitar el foco de la foto y mirar la dinámica de la película en toda su complejidad.
¿Cuándo ocurre el berrinche? ¿Dónde? ¿Con quién? La mamá se da cuenta de que Lucas no tolera algunos sonidos, que el saludo de tenor de su tío se convierte en una amenaza para sus umbrales perceptivos. No se trata de un capricho.
Se trata de un contexto muy poco amigable para los umbrales sensoriales de Lucas. La conducta del berrinche puede ser muy poco funcional, pero parece ser la forma de evitar un estímulo sonoro intolerable.
Sería un error grosero pretender «extinguir» la conducta solo porque no la comprendamos. Lucas seguiría padeciendo. ¿Y si la razón de una crisis fuera que le duele la cabeza y no puede expresarlo? ¿Y si fuera que quiere un juguete que le gusta y no puede pedirlo? ¿Y si fuera que percibe un cambio imprevisto, que le produce angustia, y nosotros no lo hemos notado?